viernes, 14 de octubre de 2011

Lógica instrumental y la Bioética

NOTA SOBRE EL AUTOR:
El presente artículo fue escrito por el Biólogo Celular Raúl Guzmán (guzraul@gmail.com) en Mayo de 2011 y ha sido publicado previo consentimiento.

La lógica como ciencia formal y rama de la filosofía -aunque a partir del siglo XIX se le relaciona con las matemáticas- estudia los principios de la demostración e inferencia lógica. Ambos aspectos de suma importancia para la formalización y comunicación del conocimiento científico. La lógica examina la validez de los argumentos en cuanto a su estructura más allá de su contenido. A pesar de su concepción simbólica, en la actualidad es parte fundamental de un conjunto de aplicaciones tecnológicas de las ciencias computacionales, la informática.


De importancia para el desarrollo del conocimiento científico ha sido el silogismo, el cual puede ser definido como un razonamiento deductivo que consta de dos proposiciones (premisas) y otra como conclusión de las anteriores. Respecto a la lingüística, la lógica define como expresiones diferentes a las proposiciones de las oraciones interrogativas y exclamaciones; entonces, las proposiciones son oraciones declarativas. En cuanto a las proposiciones, estas, son entidades lingüísticas que relacionan variables entre sí a través de un método específico; paso esencial para la construcción del conocimiento. El silogismo ha sido de gran utilidad para el enunciado de hipótesis y teorías al proporcionar una manera sistemática de construir y analizar la estructura de estas declaraciones (Copi, 1962).

Un examen de los elementos del silogismo, siendo este una relación entre un sujeto y un predicado, permite establecer tipos de relaciones con diversos criterios. Por ejemplo, “todo S es P” y “algunos S son P” son enunciados que expresan relaciones de cantidad. Los enunciados pueden expresar relaciones de inclusión (unión de conjuntos) o exclusión (intersección de conjuntos) o afirmación/negación (Copi, 1962). Todas estas relaciones son de importancia en ciencias para delimitar el alcance de una hipótesis o teoría, las cuales son la forma de expresión del conocimiento científico.

También es posible rescatar a la semántica lógica, la cual es la “encargada” de relacionar los signos lingüísticos con la realidad. Estudia las condiciones necesarias para que un signo pueda aplicarse a un objeto y las reglas que aseguran una significación exacta (Copi, 1962). Este aspecto es muy importante para conseguir la estandarización que requiere la ciencia para ser comunicada y contrastada.

Otras “herramientas” de la lógica muy útiles en ciencias son las reglas de inferencia. Estas reglas son importantes para la construcción de las ecuaciones y procedimientos matemáticos que, si bien no son parte de las ciencias fácticas, constituyen el lenguaje seleccionado para las ciencias (Copi, 1962). aunque la matemática no puede contener todas las características de las variables empíricas que representan, proporcionan un gran poder de predicción y manipulación del objeto de estudio a nivel conceptual. En conclusión, las reglas de inferencia son cruciales para construir los enunciados lógico-matemáticos que permiten “traducir” las hipótesis y teorías a lenguaje matemático de manera apropiada.

De la relación entre lógica y ciencia fáctica se puede observar que los distintos lenguajes simbólicos que se emplean para expresar el conocimiento científico no contemplan toda la realidad que estudian, y por consiguiente, tienen la debilidad de estar sesgados hacia las variables que el investigador considera o privilegia como más importantes. Además, como el objeto de la ciencia son las leyes, los científicos tienen la tendencia a clasificar los fenómenos empíricos como universales o particulares. Estas debilidades del método científico han propiciado grandes errores de concepción científica que muchas veces han provocado gran sufrimiento y destrucción. No obstante, siendo la lógica una ciencia formal es capaz de emplearse para el estudio de fenómenos metafísicos, los cuales no son objeto de estudio de las ciencias fácticas. Entonces, se puede concluir que la exclusión del lenguaje lógico-matemático de la metafísica no es consecuencia de una limitación de estas ciencias o su lenguaje sino de la concepción científica del mundo.

Bioética

De la relación entre lógica instrumental y ética se puede derivar la dimensión bioética de la filosofía de la ciencia. Al respecto, hare algunas observaciones sobre el Código de Bioética y Bioseguridad del Ministerio de Ciencia y Tecnología y el Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología (FONACIT).

El Código de Bioética y Bioseguridad es la base política del ente rector de la ciencia y la tecnología a nivel nacional aplicados a la investigación. Su implementación se realiza a través de la Comisión de Bioética y Bioseguridad. Su propósito es contener un grupo mínimo estructurado de principios filosóficos y normativos como referencia inicial del debate y acuerdos de aplicación.

Este código está estructurado en tres partes: 1) principios de bioética y bioseguridad; 2) normas de bioética y bioseguridad y 3) las normas concernientes a la Comisión de Bioética y Bioseguridad. Lo último no será tratado en este análisis. Es importante resaltar que la iniciativa de realizar acciones en materia bioética fue presentada e impulsada por el filósofo Luis Castro Leiva cuando formaba parte del antiguo CONICIT.

El primer principio bioético es la consideración de la ciencia, la investigación y la experimentación como actividades destinadas al servicio de la persona, la sociedad y el ambiente. Este principio muestra, por un lado, la conexión entre ciencia y sociedad y, por otro, prioriza al individuo por encima de la sociedad y a esta sobre la ciencia y la pone al mismo nivel que el ambiente. Este principio incluso tiene implicaciones políticas al restarle valor absoluto a la ciencia y la investigación y enmarcándolas en un contexto social según el cual se determina su valor real.

Para el caso específico de individuos humanos se reconocen, tácitamente, los derechos humanos como las normas fundamentales a aplicar. No obstante, el código es realista en su concepción de la dinámica de la investigación empírica. En este sentido, reconoce la dificultad de aplicar todos los principios bioéticos simultáneamente, situación en la cual recomienda la priorización de los principios que se deban aplicar.

En cuanto a la responsabilidad, se asume como la sintonía con los valores éticos de la persona como individuo y miembro de la sociedad y, por otro lado, ante las consecuencias de sus acciones. Se asume al individuo responsable como independiente de coacciones e influencias externas, y libre para elegir su comportamiento y accionar. La libertad debe estar guiada por la creatividad y el carácter constructivo.

Todo proyecto de investigación debe ser previamente evaluado para determinar su relación costo/beneficio respecto a los sujetos de la investigación, la sociedad y el ambiente. Además del daño físico que pueda causarse a las personas también debe ponderarse el daño psicológico, emocional y moral potencial.

Entre los principios filosóficos contenidos en el código se mencionan la ética de máximos y la ética de mínimos; siendo la primera el conjunto de acuerdos sociales que garantizan una convivencia pacífica. La ética de máximos es el conjunto de valores morales que las personas, grupos y sociedades establecen como bueno para alcanzar la felicidad.

Referencias

Ministerio de Ciencia y Tecnología, Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología. Código de Bioética y Bioseguridad. (2002). Segunda edición. Caracas. Extraído el 6 de abril de 2011 desde: www.miproyecto.gov.ve/anexos/bioetica.pdf
Copi, I. (1962). Introducción a la lógica. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires.

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